109 José Julio Fernández Rodríguez 7. CONCLUSIONES La existencia de discriminaciones y desigualdades no justificadas en la sociedad tecnológica muestra la pervivencia de un grave problema que todavía no hemos conseguido desterrar de nuestro marco de convivencia. Los elementos históricos y culturales, las inercias del pasado o las malas planificaciones son un lastre a veces demasiado pesado para poder librarse de él en el mundo tecnológico que nos envuelve con singular intensidad. Los juristas debemos reaccionar con el análisis de estas disfunciones y las propuestas de su solución. De particular interés, como hemos visto, es el tema de la discriminación algorítmica, verdadero elemento nuclear que debemos desactivar para el futuro inmediato. Los obstáculos son relevantes, pero hay que intentar superarlos. Hemos apuntado una especie de decálogo en ello, por medio de diez subapartados en el epígrafe 4 de este trabajo, aunque de igual manera hemos esbozado un buen número de respuestas, lo que evidencia que si bien las dificultades son de relevancia no resultan insuperables. La inteligencia artificial presenta tanto sugerentes oportunidades como complejos desafíos jurídicos y éticos en distintos escenarios y sectores. El uso de sistemas autónomos y algoritmos predictivos para fundamentar decisiones que nos afectan levanta cuestiones esenciales sobre la transparencia de estos procesos y la motivación de tales decisiones. Debemos garantizar que los criterios que empleen los modelos de inteligencia artificial sean un verdadero progreso y no una involución al reclamar que se muestren objetivos, no discriminatorios y alineados con el interés general y público. La afectación de los derechos fundamentales en general, y la discriminación en particular, son los más relevantes entre tales desafíos. De esta forma, es preciso establecer claros principios, obligaciones y directrices para construir una gobernanza responsable de la inteligencia artificial. Ello pasa por no perder la centralidad del ser humano y por alcanzar niveles altos de transparencia, equidad y privacidad. Además, la tradicional previsibilidad que determina el principio de seguridad jurídica no debe claudicar ante un probabilismo de la lógica algorítmica que crea incertidumbre. Sólo con esta gobernanza responsable la ciudadanía mostrará confianza en la inteligencia artificial, lo cual resulta imprescindible para un progreso real y aceptable.
RkJQdWJsaXNoZXIy MjEzNzYz